A menudo escuchamos el vocablo “peligro de extinción”. Entonces nuestra mente evoca imágenes de linces, osos pandas… Otras veces va ligado a noticias internacionales de gran calado como cuando se refieren a lugares o paisajes que son patrimonio de la humanidad: una selva, un glaciar, las ruinas de la ciudad de Palmira en Siria…
Pero todos los días, en diferentes lugares del mundo, se extinguen lo que podríamos decir “microtesoros culturales de la humanidad”. Algunos ejemplos son: las lenguas indígenas que han sido colonizadas poco a poco por lo que generalmente llamamos lenguas occidentales, las casas tradicionales sustituidas por edificios y urbanizaciones modernas, las prácticas de artesanía como la confección de esparto… y a finales de este año, un ejemplo que también nos toca de cerca, la clausura de la panadería tradicional de Valdelaguna.
Con este cierre se pierde no solo una práctica artesanal, sino también un saber popular, una receta tradicional que ha pasado de generación en generación… y, sobre todo, una gran pérdida para nuestro paladar.
En numerosas ocasiones, desde Rumbo Sureste hemos organizado rutas, visitas y catas, en las que casi siempre nos acompañaba el pan y los dulces de la panadería, que todos degustábamos y de los que presumíamos ante las personas que siempre destacaban lo buenos que estaban. Sin olvidar tampoco aquella maravillosa visita que hicimos a la panadería para conocer su historia y el proceso de elaboración de sus productos.
Sentimos profundamente que no se haya conseguido una continuidad para evitar el cierre este establecimiento tradicional.
El Ayuntamiento y nuestra Asociación utilizamos este medio para compartir este sentir y agradecer a la familia Ramírez su trabajo y dedicación durante tantos años.
Asociación Cultural Rumbo Sureste
