Por cuarto año consecutivo, se celebró en nuestro pueblo la Conmemoración del Día de la Tierra.
El grupo de participantes que acudieron a la cita el pasado domingo 25 de Abril, se compuso de menos personas que en ediciones anteriores, siendo llamativa la baja participación de niños y jóvenes.
No obstante, hubo senderistas de todas las edades ya que a última hora se unió a la propuesta un grupo de alumnos y profesores franceses que se encontraban de intercambio en la localidad de Chinchón.
Precisamente, una de las anécdotas de la jornada, fue que todas las indicaciones que se dieron por parte de la Asociación Rumbo Sureste, impulsora de la actividad, se fueron traduciendo al francés, para que nadie se quedara sin saber qué hacer en cada momento.
Retirada de kilos y kilos de basura
El recorrido de este año, de unos 8 kilómetros (ida y vuelta), partía del Parque Municipal y concluía en el paraje de la Fuente Vieja.
Haciendo caso omiso al lema de la ruta “este año limpiamos nuestro pedacito de Tierra”, el grupo fue recogiendo en sacos todos los residuos que se encontraron a su paso, que fueron muchos, sobre todo en la parte que comprende la vega, hasta el campo de tiro.
Se retiraron y separaron plásticos, cristales, papel y todo tipo de desechos que se esparcían por el camino y alrededores.
Para no cargar con el peso, a medida que se llenaban los sacos se fueron amontonando en varios puntos para la posterior recogida por parte de personal del Ayuntamiento.
Una vez más, la presencia del “coche escoba” fue muy útil, ya que además de portar agua y mochilas, también traslado parte de la basura para depositarla en los contenedores de la explanada de la fuente.
Convivencia y buen ambiente
Durante toda la jornada, se vivió un ambiente increíble de colaboración entre los participantes, que después del gran trabajo realizado, retomaron fuerzas con un almuerzo que se compartió entre todos.
Más tarde, se realizaron varías dinámicas muy divertidas con ayuda de un paracaídas que dio mucho juego.
Durante el camino de vuelta, se pudo comprobar con satisfacción el tremendo cambio que experimentaban varios tramos del camino, antes llenos de basura, mejora con la que se espera concienciar para que respetemos y cuidemos nuestro entorno.
Para finalizar este día auténticamente primaveral, bajo la sombra de los árboles del Parque Municipal, se dio por finalizada la jornada con canciones y la música de la guitarra de uno de los senderistas participantes.
Sin duda, una jornada ¡inolvidable!
Artículo publicado en el Boletín "deVALDE" nº 67 / Mayo 2010
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